Una tele poco cuidada

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¿Todo vale para captar audiencia? Al parecer -y por desgracia-, en España, sí. O por lo menos casi todo.

La pestilente e incipiente ‘telebasura’, poco a poco se va convirtiendo en nuestra bandera televisiva. Programas basados en difamar, ultrajar y denigrar a seres humanos con una única finalidad lucrativa.

La BBC (British Broadcasting Corporation), la cadena de televisión pública de Reino Unido, es un ejemplo de compromiso social y buen periodismo audiovisual -reconozcamos, al menos, que por la Gran Bretaña, en lo que a prensa escrita se refiere, se voltea la situación-.

Por aquellos lares también hay programas de todos los colores. Pero es en los informativos donde nos golean. Veracidad, imparcialidad y un respeto por la intimidad y los menores envidiables. El mismo afán mencionado arriba por acumular espectadores ha llevado a la televisión española a cocinar un mejunje que combina una pizca de info con demasiado entretenimiento. Infoentretenimiento le llaman. Encima, nos quitan lo poco bueno que nos quedaba.

Las consecuencias van más allá del simple hartazgo tras un rato de zapping. Hoy mismo me he encontrado con mi profesor de Geografía del instituto. Nos hemos juntado en una cola que nos ha obligado a entablar conversación: «¡Ah, Periodismo!», «¿Pero aquí o en Murcia?». Después le he preguntado si seguía donde siempre y cómo andaban las cosas: «Aún queda algo de talento, pero cada vez me entregan más exámenes en blanco, yo no sé a qué aspiran, pensarán en Gran Hermano». Qué duro.

Fe de errores, Albert Montagut

PR9140111/Fco.Javier Peris

Fe de errores es un libro de periodistas. En él el autor pega un repaso a su vida como informador, explicando sus primeras vivencias como articulista en una época delicada como fue la transición, su estancia en El Periódico de Cataluña, la corresponsalía en Estados Unidos para El País, su dirección en El Mundo de edición catalana y su actual trabajo como director del periódico gratuito ADN.

A lo largo del libro el autor repasa sus vivencias  en el mundo del periodismo, explicando sus primeras expectativas, su toma de contacto con la profesión, sus primeros intentos para averiguar qué es la información y posteriormente  su asentamiento en el medio informador y los diferentes problemas y entresijos  que se le han ido apareciendo.
Con el fin de aprender de los propios errores cometidos, Montagut deja patente la necesidad de ser abiertos, con una mentalidad sin fronteras, tener curiosidad por el mundo que nos rodea y ser curioso.

Fe de errores: una historia de periodistas

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FICHA TÉCNICA

Título: Fe de Errores. Una historia de periodistas

Autor: Albert Montagut

Editorial: Temas de hoy

Colección: Artículo 20

Edición: Barcelona, 2009

Extensión: 478 páginas

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Aparentemente, una reflexión sobre el panorama periodístico de hoy y de ayer, entremezclada con una autobiografía de un profesional del periodismo. Pero Fe de errores es más que eso. Se trata de historia escrita por y para la vocación periodística: desde la del autor, Albert Montagut, aprovechada y radiante; hacia la de los futuros informadores, con el fin de que no se apague.

A modo de narración cronológica, el catalán Albert Montagut cuenta sus vivencias en una profesión tan denigrada como apasionante. Desde sus inicios como articulista en plena transición democrática; su paso por la redacción de El Periódico de Cataluña, entre otras; la corresponsalía en Estados Unidos para El País; hasta la dirección de la edición catalana de El Mundo y su actual cometido como director del diario gratuito ADN.

Sin vacilaciones y conocedor de la situación de la profesión en primera persona desde hace treinta años, Montagut comparte con el lector las luces y las sombras de su andadura por ella con el deseo evidente de servir de guía e instruir a las próximas hornadas.

En definitiva, una historia de periodistas para periodistas.

Un pulso hacia lo correcto

No siempre es fácil contar un suceso, y no siempre sabes cual es la forma correcta. Cómo cuentas que han muerto dos personas en un accidente de tráfico, o cómo explicas que se ha suicidado un hombre. A veces el sensacionalismo vence en un pulso a la información. Y es que hay muchos periodistas sin escrúpulos que venden la emoción de una muerte.

El pasado 24 de noviembre en la Universidad Miguel Hernández de Elche, Alfonso Armada mostraba su oposición a estos periodistas que caen en el sensacionalismo y no muestran humanidad a la hora de informar sobre una desgracia. Armada compartió con todos los asistentes su vivencia en primera persona del atentado del 11-S, y las dudas que se le planteaban. Él sabía que tenía que contarlo, pero ¿cómo? Cómo hacerlo sin involucrarse, sin que surjan sentimientos. Cómo hacerlo desde fuera habiéndolo vivido. Con sangre fría y delicadeza.

Por otro lado en la charla no era posible no nombrar a Ryszard Kapuscinski, y así alegó, “Habíamos convertido a Kapuscinski en un mito, y ahora lo hemos humanizado”. Ya que tras su admiración, también objetivamente dijo que Kapuscinski era un hombre que se dejó vencer por los medios.

En la ponencia fue inevitable que nombraran a la periodista Samanta Villar, cuando Armada dijo “Cuando el periodista se convierte en protagonista de una historia, en el personaje principal, es que algo está mal”. Aclaró que no es que sea incorrecto, solo que no le gustaba.

Celia Ruiz

Ni el periodismo ciudadano es periodismo

“Ni Facebook ni Twitter son periodismo, ni el periodismo ciudadano es periodismo”. Así respondía a la pregunta, ¿qué es el periodismo? realizada en las I Jornadas de Periodismo y Literatura acogidas por la UMH, Antonio Lucas, redactor de Cultura y articulista del diario EL MUNDO.

Y es que tanto Facebook como Twitter no pueden ser periodismo, son una herramienta de trabajo, no un fin. El denominado periodismo ciudadano, no puede ser periodismo, mientras no haya un periodista. Según Antonio Lucas “El único periodismo real es el que consigue una fuente, una exclusiva, una gran declaración, y de algún modo está iluminando una gran parte de la sociedad que nos afecta a todos”.  Antonio Lucas afirma que en 20 años el periodismo digital será totalmente diferente, ya que los medios contarán con más expertos.

El ponente quiso destacar que “hay que ir más allá”, las redes sociales afectan al periodismo cultural en España, tanto positiva como negativamente, pero en este ámbito predomina más la rapidez que el contenido. No basta con ser el primero en informar de un suceso, hay que indagar en lo ocurrido y contarlo de forma correcta. Hacer periodismo es mucho más que dar una exclusiva, es involucrarse y saber.

Al redactar una noticia a un periodista le exigen el ¿por qué?, a lo que el periodista Arcadi Espada, director del reciente clausurado diario online Factual responde, “El por qué es una de las premisas del lead que menos sentido tiene”. Y tiene razón. En el caso de un suceso, un periodista informa de lo ocurrido, aporta datos, investiga, pero hay ocasiones en las que no puede aportar un porqué a la información. Simplemente ha ocurrido esto, y así se lo presento. “El periodismo aspira equivocadamente a ese mundo cerrado de la novela donde todo al final tiene sentido”. Así ocurre en las novelas. Pero en la vida real, nada tiene sentido.

Celia Ruiz

PR5171210/FCO. JAVIER PERIS

Nacido en Vigo en 1958, Alfonso Armada ha trabajado en los diarios Faro de Vigo, El País y ABC. Ha cubierto  numerosos conflictos  bélicos como  Sarajevo, Ruanda, Bosnia, República Democrática del Congo, etc.

Era corresponsal en Nueva York cuando se produjo el ataque contra las Torres Gemelas. También ha escrito teatro y poesía, y ha obtenido numerosos galardones por ello. Actualmente está atareado con su proyecto de revista online con reportajes de investigación FronteraD.

Durante su clase conferencia con los alumnos de la UMH, Armada comentó con los asistentes la situación actual del periodismo y de los corresponsales. Hizo referencia al gran periodista polaco Ryzard Kapusciniski, resaltando la importancia de su método de trabajo como reportero, ya que Kapuscinski tenía como norma infiltrarse entre la población y tener el contacto directo para contar al detalle  cómo ocurrían los hechos.

Según Armada,  el periodista debe saber ofrecer una información más testimonial, para así  lograr con ello informar de una manera más veraz aunque siempre, evitando tomar protagonismo en la noticia. Cuando el periodista es el “centro” de todas las miradas, es porque estará haciendo algo mal.

Alfonso Armada aprovecho la ocasión para presentar  su nuevo libro “Diccionario de Nueva York“. Una obra en la que relata sus experiencias vividas  en la ciudad de Nueva York, la ciudad más famosa del planeta.

Todo cambia y no puedes quedarte atrás

A día de hoy vemos cosas que nos parecen lógicas y normales, pero han tenido su proceso de cambio. Algo tan usual como una fotografía a color es lo más normal del mundo, pero no siempre ha sido así. Todo cambia y no puedes quedarte atrás.

Tras un vistazo a treinta portadas del periódico El País, ves el cambio constante. Las prioridades de la primera edición impresa, no son las mismas que en la actualidad. Sí, siempre prima la información y el contenido, pero el cambio se aprecia sobre todo en el diseño.

El 4 de mayo de 1976 El País lanza su primera portada en la que la estrella es la palabra. La imagen no siempre acompaña al contenido y es pequeña y en blanco y negro, por lo que está en un segundo plano frente al texto. En la actualidad el texto sigue siendo lo importante, pero se le da más protagonismo a la fotografía y al titular. Un buen titular acompañado por una gran imagen, hacen irresistible la lectura del texto.

Fue en el atentado del 11S. en Nueva York cuando El País saca la noticia en portada con imagen a color, lo que la hace más impactante y llamativa. El diario sigue cambiando. Actualmente la mayoría de noticias vienen acompañadas por buenas fotografías y titulares atractivos que complementan al texto y aportan información.

También destacar que en esa portada del 76 la cabecera de El País, aparecía sin tilde, pero el cambio está presente y ahora nos acompaña.

Por otra parte, hay cosas que no cambian, y es que desde la primera edición hasta la última, el diario mantiene su línea a la hora de presentarnos las noticias, no lo harán tan mal cuando llevan más de treinta años.

Celia Ruiz

Fernando ramón: «La cercanía de un periódico es la clave para el éxito comercial»

PR6191210/FCO.JAVIER PERIS

Fernando Ramón, redactor jefe de la edición de Elche del diario Información,  charló con los alumnos de la UMH acerca de la tarea que tiene que desempeñar el periodista  en su día a día. Según Fernando Ramón,  el periodista tendrá que valerse de herramientas tan sencillas  como la cercanía, el rigor y la independencia, a la hora de realizar su trabajo, todo ello combinado con los avances en la tecnología que nos deparará el futuro.

El Diario Información pertenece a la compañía Prensa Ibérica,  un grupo  que se distribuye por nueve comunidades autónomas  abarcando  tres grandes áreas: La primera de ellas, la región  de Canarias, donde se creó  el grupo en 1978. La segunda es la zona Levante/Mediterránea, que se encarga de cubrir las comunidades autónomas de  Valencia, Murcia y Andalucía con diarios como  Levante, Diario de Mallorca o La Opinión de Málaga. Y por último, la zona Atlántica, donde su publican La Nueva EspañaFaro de Vigo o La Opinión de A Coruña.

Durante el trascurso de  su intervención en la UMH, Fernando ramón explicó  la diferencia entre el Diario Información y la prensa de tirada nacional. Y es que éstos últimos no profundizan lo suficiente en los acontecimientos locales. Sus pretensiones  son de carácter  general, por lo que no llegan a las historias pequeñas  que cuenta la prensa de comarca. Para Ramón lo relevante es lo cercano y basa su opinión en que a los ciudadanos prestan más atención a lo cercano.

El esencial ‘fact-checking’

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Una de las premisas básicas del Periodismo es, sin duda, la utilización de fuentes para dar veracidad a las historias que se cuentan. Sin ellas no hay Periodismo. O por lo menos hasta que se descubre, porque sin una labor interna de contraste por parte del medio –fact-checking-, cualquier juntaletras mediano puede atribuirse una brillante obra periodística cuando el trabajo de campo no ha ido más allá del escritorio del despacho de su casa.

Stephen Glass es un claro ejemplo. El joven reportero de la prestigiosa revista The New Republic aprovechó la ausencia de verificación de datos en su medio para inventarse total o parcialmente 27 de los 41 artículos que firmó durante su estancia en la publicación. Glass se las ingeniaba para crear una realidad inexistente pero creíble.

Fue Adam L. Penenberg, un redactor de Forbes, una de las revistas económicas y financieras más influyentes en EE.UU., quien, en una magnífica faena periodística tras sospechar del artículo Hack Heaven -escrito por Glass-, descubrió al infractor. Acusado de quebrantar las principales reglas de la profesión y de pasar por alto la ética periodística, Glass fue despedido.

El chico tenía talento, enganchaba como nadie, pero era un literato. Con el tiempo, el amoral Stephen Glass publicó ‘El Fabulador’, una novela en la que relataba su caso.

Jack Kelly, Jayson Blair, Janet Cooke –premiada incluso con un Pulitzer que posteriormente devolvería– y el mencionado Stephen Glass son muestras evidentes de la importancia del fact-checking y de lo cerca que quedan a veces Periodismo y Literatura.

Una industria en horas bajas

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Como cualquier otra, la industria periodística precisa de un tratamiento de las materias que recibe para conseguir un buen producto final. Jerarquizar las ideas como el obrero metalúrgico pule un mineral u ofrecer un contexto igual que uno textil cose unos bolsillos.

Las agencias de prensa y gabinetes de comunicación -cada vez más numerosos- juegan el papel de proveedores de información  y, desgraciadamente, en demasiadas ocasiones, el periodista no es más que una simple correa de transmisión. O dicho de otra forma, cada vez se hace menos Periodismo.

Fernando Ramón durante su comparecencia en la UMH

Fernando Ramón, redactor jefe de la edición de Elche del diario Información, integrante del grupo mediático Prensa Ibérica, considera fundamental la participación del periodista en esa cadena de trabajo. Armados con herramientas como la cercanía, el rigor y la independencia, en este periódico se sigue apostando por el modus operandi clásico, aprovechando las facilidades que ofrecen los avances tecnológicos pero sin someterse a ellos.

La labor del periodista es indispensable, y más en un medio destinado a un público local.