Fe de errores, Albert Montagut

PR9140111/Fco.Javier Peris

Fe de errores es un libro de periodistas. En él el autor pega un repaso a su vida como informador, explicando sus primeras vivencias como articulista en una época delicada como fue la transición, su estancia en El Periódico de Cataluña, la corresponsalía en Estados Unidos para El País, su dirección en El Mundo de edición catalana y su actual trabajo como director del periódico gratuito ADN.

A lo largo del libro el autor repasa sus vivencias  en el mundo del periodismo, explicando sus primeras expectativas, su toma de contacto con la profesión, sus primeros intentos para averiguar qué es la información y posteriormente  su asentamiento en el medio informador y los diferentes problemas y entresijos  que se le han ido apareciendo.
Con el fin de aprender de los propios errores cometidos, Montagut deja patente la necesidad de ser abiertos, con una mentalidad sin fronteras, tener curiosidad por el mundo que nos rodea y ser curioso.

Todo cambia y no puedes quedarte atrás

A día de hoy vemos cosas que nos parecen lógicas y normales, pero han tenido su proceso de cambio. Algo tan usual como una fotografía a color es lo más normal del mundo, pero no siempre ha sido así. Todo cambia y no puedes quedarte atrás.

Tras un vistazo a treinta portadas del periódico El País, ves el cambio constante. Las prioridades de la primera edición impresa, no son las mismas que en la actualidad. Sí, siempre prima la información y el contenido, pero el cambio se aprecia sobre todo en el diseño.

El 4 de mayo de 1976 El País lanza su primera portada en la que la estrella es la palabra. La imagen no siempre acompaña al contenido y es pequeña y en blanco y negro, por lo que está en un segundo plano frente al texto. En la actualidad el texto sigue siendo lo importante, pero se le da más protagonismo a la fotografía y al titular. Un buen titular acompañado por una gran imagen, hacen irresistible la lectura del texto.

Fue en el atentado del 11S. en Nueva York cuando El País saca la noticia en portada con imagen a color, lo que la hace más impactante y llamativa. El diario sigue cambiando. Actualmente la mayoría de noticias vienen acompañadas por buenas fotografías y titulares atractivos que complementan al texto y aportan información.

También destacar que en esa portada del 76 la cabecera de El País, aparecía sin tilde, pero el cambio está presente y ahora nos acompaña.

Por otra parte, hay cosas que no cambian, y es que desde la primera edición hasta la última, el diario mantiene su línea a la hora de presentarnos las noticias, no lo harán tan mal cuando llevan más de treinta años.

Celia Ruiz

Un día cualquiera

PR4121110/FCO. JAVIER PERIS

Madrid 11 de marzo de 2004. Posiblemente el día más triste de la historia de nuestro país. Entre las 07:36 y las 07:40  de la mañana la red de cercanías de Madrid es azotada por una serie de explosiones que acabaron con la vida de  192 persona y más de 1400 heridos.

El periódico El País sale a la calle con un titular muy expresivo: Infierno Terrorista en Madrid y el número de víctimas. El subtítulo añade un poco de información sobre los posibles autores sin descartar a ETA. Pero lo que de verdad llama la atención es la imagen. ¿Cómo tratar un tema tan delicado sin  dañar la sensibilidad de los lectores? La gran mayoría de los fotógrafos recomiendan para este tipo de acontecimientos  no sacar  las caras de las víctimas para así preservar su derecho a la intimidad, pero en este caso las víctimas éramos  todos. Daba igual que ningún familiar, amigo o conocido estuviera en esos vagones. Por eso era de vital importancia  buscar la mejor instantánea de lo sucedido. Una imagen que con solo mirarla te pusiera los pelos de punta. La fotografía de  la portada del 11 de Marzo fue una imagen a tres columnas, bajo la foto más datos sobre el atentado y algo poco corriente, el editorial del periódico en la portada, con el fin de unirse al luto de las familias y condenar todo tipo de acto que atente contra la vida de las personas. La instantánea  resumía lo que fue aquel atentado a la perfección, cuerpos inertes en el suelo,  restos de los vagones explosionados, chatarra, cables  y gente, sobre todo gente que no se podría a ver imaginado ni por asomo  lo que sucedió aquel jueves.  Una barbarie perpetrada  por unos asesinos sin sentimiento, algo que bajo mi punto de vista se podría haber evitado con algo tan simple como un “No a la Guerra”.



34 años de portadas

PR4171110/PEDRO ORTUÑO

“Coincide la aparición primera de EL PAIS con momentos singulares de la convivencia española. Desde la muerte del general Franco, y quizá antes, desde el asesinato del presidente Carrero, nuestro pueblo permanece en una constante y prolongada expectativa de cambio político que no acaba de producirse (…)».

Así arrancaba el editorial que lucía El País, a modo de falda, en el atuendo con el que vio la calle por primera vez.

Fue el 4 de mayo de 1976. Medio año después de la muerte de Franco y con España inmersa en la incipiente transición hacia la democracia. Sin saberlo, el bisoño diario se erigiría como pieza fundamental en el cambio político.

La vestimenta se completaba con un titular a tres columnas  y su cuerpo de texto; dos noticias más: una acompañada por una foto en blanco y negro -por supuesto- ; y un pequeño anuncio publicitario. Un look aún adán.

Posteriormente, empezó a conjuntar mejor. Asuntos tratados con una mayor contundencia expresiva. Es el caso de la portada que promulgaba que Adolfo Suárez se convertía en presidente del Gobierno. O la proclamación de Juan Pablo II como Papa. Temas a cinco columnas: el País comenzaba a atreverse.

Empero, el modelito que encauzó su estilo surgió en febrero de 1981. Coincidió con el intento de golpe de estado incoado por el teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero. El País se posicionó a favor de la constitución, en lo que fue su consagración como referente democrático.

El País escogía para la ocasión una fotografía que abarcaba la mitad de la portada. La imagen se consolidaba como elemento principal. El diario continuaría optando por este diseño –portada en llamada- para comunicar noticias negativas de vigorosa trascendencia.

El periódico evolucionaba con paso firme e introdujo infografía y mapas como complementos de las informaciones en primera plana. En el caso de la Guerra del Golfo fue un magistral recurso para contrarrestar la escasa cantidad de fotografías.

Las noticias comenzarían a gozar de una mejor delimitación y apareció el sumario. Estrenó el color -e incluso las combinaciones cromáticas entre fotografía y publicidad- y se daba cabida a titulares interpretativos.

Hace poco, ha incorporado la tilde a su nombre en la cabecera y ha sustituido su lema inicial: «Diario independiente de la mañana«, por otro más generalista: «El periódico global español«.

Son los atavíos con que El País sigue engalanándose. Y ya van 34 años de portadas.