PR4121110/FCO. JAVIER PERIS
Madrid 11 de marzo de 2004. Posiblemente el día más triste de la historia de nuestro país. Entre las 07:36 y las 07:40 de la mañana la red de cercanías de Madrid es azotada por una serie de explosiones que acabaron con la vida de 192 persona y más de 1400 heridos.
El periódico El País sale a la calle con un titular muy expresivo: Infierno Terrorista en Madrid y el número de víctimas. El subtítulo añade un poco de información sobre los posibles autores sin descartar a ETA. Pero lo que de verdad llama la atención es la imagen. ¿Cómo tratar un tema tan delicado sin dañar la sensibilidad de los lectores? La gran mayoría de los fotógrafos recomiendan para este tipo de acontecimientos no sacar las caras de las víctimas para así preservar su derecho a la intimidad, pero en este caso las víctimas éramos todos. Daba igual que ningún familiar, amigo o conocido estuviera en esos vagones. Por eso era de vital importancia buscar la mejor instantánea de lo sucedido. Una imagen que con solo mirarla te pusiera los pelos de punta. La fotografía de la portada del 11 de Marzo fue una imagen a tres columnas, bajo la foto más datos sobre el atentado y algo poco corriente, el editorial del periódico en la portada, con el fin de unirse al luto de las familias y condenar todo tipo de acto que atente contra la vida de las personas. La instantánea resumía lo que fue aquel atentado a la perfección, cuerpos inertes en el suelo, restos de los vagones explosionados, chatarra, cables y gente, sobre todo gente que no se podría a ver imaginado ni por asomo lo que sucedió aquel jueves. Una barbarie perpetrada por unos asesinos sin sentimiento, algo que bajo mi punto de vista se podría haber evitado con algo tan simple como un “No a la Guerra”.
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